El movimiento Black Lives Matter como lo conocemos hoy empezó en 2013. La gente que apoya la causa está, colectivamente, cansada del desapoderamiento sistemático que existe en la industria de la moda, cansada de no ver personas de color en puestos ejecutivos, cansada de ser infravalorada. Esta frustración ha crecido al ver firmas y editoriales que históricamente han excluido y marginalizado la cultura negra compartiendo mensajes de apoyo al movimiento Black Lives Matter (como el famoso cuadro negro en las redes). Públicamente se ha denunciado la falta de solidaridad de estas grandes empresas en la vida real, la carencia de ofertas de puestos de trabajo, ascensos e inclusión total.
Todo tiene sentido una vez que ves que detrás de las cámaras, en los sets para portadas de revista, en castings para pasarelas y en los equipos elegidos para crear campañas publicitarias de millones de dólares, es muy difícil encontrar a una persona de color en una posición de poder. En 2017, solo un 1% de los diseñadores que participaron en las principales pasarelas de las semanas de la moda en todo el mundo eran de color. Y, hasta hace dos años, ningún fotógrafo negro había hecho nunca la portada de Vogue América, Tyler Mitchell fue el primero en 2018.
Pocos ejemplos podemos tomar en puestos de poder, aunque se espera que aumenten con el crecimiento de este movimiento por la cultura negra. Podemos ver a Virgil Abloh como director artístico en Louis Vuitton, Edward Enninful como editor jefe en el Vogue británico y a Rihanna como empresaria en su línea de belleza Fenty Skin.
Rihanna es esa revolución que necesitamos en muchos sentidos. En 2018, rechazó actuar en el intermedio de la Super Bowl en solidaridad con Colin Kaepernick, un jugador de la NFL que fue expulsado de la liga por arrodillarse mientras sonaba el himno de América como protesta pacífica contra la brutalidad policial e injusticia hacia las personas de color en el país. El jugador no ha vuelto al campo de juego desde la temporada de 2016, cuando tuvo lugar su protesta, ya que Trump se posicionó en contra del jugador y ha llegado a insultar a otros que lo han hecho después de Kaepernick.
Siguiendo en el mundo del deporte, Michael Jordan y Jordan Brand van a donar 100 millones de dólares durante los próximos 10 años a organizaciones nacionales dedicadas a asegurar la igualdad racial, justicia social y un acceso mejor a la educación para futuras generaciones. Nike también ha donado 40 millones de dólares a la causa para los próximos 4 años. En su cuenta de Instagram, la marca deportiva publicó un video en el que decía “For once, don’t do it” (“Por una vez, no lo hagas”), en vez de su conocidísimo lema “Just do it”, 4 días después de que George Floyd fuera asesinado. Dicha publicación fue compartida por Adidas en su cuenta, lo cual ha sido una sorpresa ya que son los dos grandes rivales de la moda deportiva.
Incluso Anna Wintour, directora artística y editora jefe de Vogue USA, ha sido acusada de racismo en la revista por algunos trabajadores. Más tarde tomó su responsabilidad, reconoció el racismo que ha existido bajo su supervisión y pidió disculpas por los errores que se han cometido.
Podríamos hablar infinitamente de todo esto, y en conclusión, lo que podemos ver y leer en publicaciones de todo el mundo, es que la comunidad negra está cansada de esta situación y la industria de la moda debe posicionarse con respecto a este movimiento, deben tomar acción y marcar una diferencia real. Podemos ser optimistas pero el cambio no vendrá fácilmente en esta industria, las grandes firmas tienen que hacer el trabajo, tener estas incómodas conversaciones y admitir que el sistema no funciona correctamente.
¿Cómo crees que actuarán a partir de ahora las grandes firmas y editoriales de moda para apoyar el movimiento antirracista?
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